Tipos de mordidas y cómo pueden afectar a mi salud bucodental
Dolor de cabeza, problemas auditivos o problemas digestivos son algunos de los problemas que pueden causar una malaclusión. Evitar estos u otros problemas es sencillo gracias a los tratamientos dentales actuales.
Se le llama mordida a la alienación de los dientes superiores con los inferiores cuando la boca está cerrada. Lo ideal es que los dientes casen perfectamente y se encuentren alienados, cuando esto no es así nos encontramos ante una deformación de la mordida, que se puede clasificar en:
– Sobremordida. Se da cuando los dientes delanteros superiores tapan por completo los dientes inferiores frontales. En los casos más graves los dientes de la mandíbula superior pueden llegar a tocar la encía inferior.
Este tipo de mordida es la que más afecta a la estética facial de los pacientes y se puede corregir con ortodoncia y cirugía para que el maxilar superior retroceda y el inferior avance hasta quedar alineados.
– Mordida cerrada. Suele presentarse ante un desgaste en las piezas dentales debido al propio envejecimiento, dando un aspecto envejecido y desdentada. Este problema suele subsanarse con carillas dentales.
– Mordida cruzada. Este caso es cuando la mandíbula queda cerrad, uno o varios dientes del maxilar superior quedan por detrás de los dientes de la arcada inferior. Es un caso muy común entre los niños, aunque puede aparecer en una edad adulta.
– Mordida abierta. Se presenta cuando las piezas dentales superiores no encajan adecuadamente con los inferiores. Los pacientes que sufren este problema tienen problemas para cortar y procesar los alimentos y dificultad para cerrar los labios sin tener que forzarlos.
Es muy común entre los pacientes que se han chupado o se chupan el dedo, con problemas crónicos respiratorios o la posición inadecuada de la lengua.
– Protusión: Es para los casos en los que la mandíbula se desplaza hacia afuera. Los casos más severos pueden presentar deformidades faciales, llegando a dificultar la movilidad de los labios. Para corregir este problema se requiere cirugía.
¿Qué tratamientos existen?
Hay dos formas de tratar un problema de mordida; bien con una ortodoncia y en los casos más graves con una cirugía correctora.
De cualquier forma lo más importante es una detección temprana y realizar un tratamiento precoz para conseguir mejores resultados. Las revisiones periódicas permiten que el especialista alerte cuanto antes al paciente para que pueda tomar medidas preventivas.
En el caso de los niños los tratamientos son mucho más efectivos, ya que es más fácil devolver la posición correcta y adecuada a la boca. Esto se debe a que los huesos se están formando y son mucho más moldeables.
Los adultos pueden someterse a los tratamientos sin ningún problema, pero es cierto que los tratamientos para modificar la posición de la mandíbula son mucho más complejos. Los pacientes adultos requieren a tratamientos de ortodoncia y en algunos casos se deben combinar varios aparatos e incluso cirugía correctora.
Velamos por tu salud
Como hemos visto, someterse a un tratamiento de corrección de mordida no solo mejorará tu imagen sino que ayudará a que mejore tu calidad de vida. Con un tratamiento podrás masticar bien y solucionar algunos problemas respiratorios.
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